sábado, 12 de marzo de 2011

VI Naciones 2011: la Grandeur humillada en Roma



Aunque hasta ahora algunos prefirieran sobredimensionar el Grand Chelem del año pasado (en conjunto, uno de los peores VI Naciones que se recuerdan), no había muchas dudas sobre la dinámica negativa que conducía escalonada pero firmemente a la Francia de Lièvremont hacia el desastre. Aunque tal vez uno no esperaba que la hecatombe se produjera precisamente en el estadio Flaminio de Roma, ante la débil Italia, una selección que no gana a nadie en el VI Naciones, salvo a Escocia, y que esta tarde ha disputado probablemente el partido más importante de su historia (22-21). No permitiéndole al poderoso ataque de los franceses (un gran ataque anestesiado por las probaturas ilógicas de su entrenador) más que dos ensayos, y cobrándose todas las penalizaciones que fue provocando gracias a su consistente pack delantero. El postrero ensayo de Masi los metía en el partido, y el pie de Bergamasco les permitía alcanzar la gloria. Los últimos minutos fueron agónicos, con una Francia volcada para conseguir un drop o provocar un penalty, aunque haberlo conseguido no habría cambiado la penosa impresión dejada sobre la hierba. Al final hay que concederle a Nick Mallett que, teniendo en cuenta los mimbres precarios que dispone, ha conseguido montar un equipo serio, duro y físico, que suele dar guerra a todos sus rivales. Con todos ellos este año, salvo con Inglaterra, ha tenido opciones de ganar el partido, y curiosamente lo ha conseguido ante el todavía campeón del torneo. Aunque todavía le falte un apertura de calidad para aspirar a algo más importante (el puesto de medio scrum ya está mejor ocupado, con Semenzato y Canavosio), es indudable que Italia ha crecido algún escalón estos últimos años.

Francia necesitaba ganar de paliza para aspirar todavía a ganar el VI Naciones (la diferencia de puntos es muy favorable a Inglaterra), y lo que registraba la historia tras cada enfrentamiento entre ambos equipos es que la victoria amplia era muy posible. De hecho, el último antecedente en Roma fue una paliza visitante: 8-50. Pero, en esta ocasión, ni victoria siquiera. Los síntomas de la debacle francesa ya estaban sembrados, e incluso en este blog le dedicamos una entrada hace una semana únicamente. Si cada vez había en Francia menos defensores del trabajo de su seleccionador, tras la humillación de Roma me parece que apenas debe quedar nadie entre los valientes o inconscientes que todavía lo jaleaban. Una generación espléndida puede ser liquidada de la peor forma posible. Pero ahora ya es demasiado tarde para cambiar a Lièvremont, así que la Francia rugbística lo tendrá que soportar en el peor escenario posible: el Mundial de Nueva Zelanda.

Por cierto, con los resultados de hoy, Inglaterra es virtual campeón del torneo, ocho años después, pues con vencer mañana a Escocia ya lo tendría en la mano (la diferencia de puntos es tan enorme que hace imposible cualquier cambio en la última jornada).

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