martes, 29 de marzo de 2011

Prosiguen las clases magistrales de Pienaar


El partido ante los Dragons, con drop final redentor

Decía el mes pasado que Ruan Pienaar se ha adaptado estupendamente a los fríos aires de Belfast y, en consecuencia, al tipo de juego que se estila en el hemisferio norte. Estas dos últimas semanas ha proseguido con su particular recital que lo está convirtiendo tal vez en el jugador más decisivo de la Magners League y en consumado experto en desnivelar finales agónicos. La semana pasada un fantástico drop (de esos con parábola que parece suspendida, ingrávida, en la noche invernal) en el último suspiro les permitió vencer 25-23 en Ravenhill a unos Dragons que habían dado mucha guerra (los Dragons son el 'equipo pequeño' galés de la competición, pero en cada partido suelen mostrar detalles muy interesantes). En 5 minutos finales vibrantes, Pienaar conseguía contestar (previamente sugerido por ese medio scrum tan interesante que es Paul Marshall) el previo y magnífico drop del prometedor Tovey. Esta última jornada ya no fue cosa de jugadas puntuales, sino que Pienaar capitalizó el juego ofensivo consiguiendo todos los puntos de su equipo en la valiosísima victoria 19-22 de Ulster en Glasgow, triunfo que les permite seguir en la lucha por entrar en los play-offs (recordemos que también están en cuartos de la Heineken). Primero dejo aquí el video del ensayo conseguido por Pienaar, una jugada trabajada en la que deja asomar su brazo entre la maraña de músculos y piernas de los defensores escoceses para posar el oval, y abajo pueden verse los emocionantes 10 últimos minutos del partido, en los que Pienaar vuelve a demostrar que sus tiros a palos, ya sea en juego o con la pausa asentada en el tea, son su especialidad cuando se lucha contra el agónico transcurrir del reloj.

domingo, 27 de marzo de 2011

Record de ensayos en el VI Naciones para O'Driscoll



Más mítico a cada temporada que pasa, Brian O'Driscoll aporta sin pausa elementos de prestigio para su segura canonización oval. A sus muchos logros ahora también ha sumado el record de ensayos en el VI Naciones, superando al frente de la tabla a un Ian Smith que había sellado la marca de 24 durante más de 70 años, nada menos. La cifra queda ahora definida momentáneamente en 25 ensayos, el último de los cuales fue obtenido en la última jornada del VI Naciones ante la campeona Inglaterra, con cierta intriga, pues uno realizado en la primera parte fue anulado por pase adelantado.

Arriba puede verse un video que recopila todos esos ensayos conseguidos por BOD, ofrecidos en sentido temporal inverso, desde el último hasta el primero. Todos los registros aunados en una coreografía de brillantez insultante. De todas sus versiones, mi favorita es la del O'Driscoll del 2004, con melena de dios germánico al viento y guantes de ciclista, que se coronó junto a Gordon D'Arcy como la mejor pareja de medios del hemisferio norte.

viernes, 25 de marzo de 2011

Resucita Josh Lewsey



El gran Josh Lewsey, quien fuera pieza clave de la gran Inglaterra que se coronó el 2003 como campeona del mundo, ala o zaguero de gran rapidez y entrega absoluta, ha decidido sorprendentemente regresar al rugby como jugador. Vuelve a los Wasps con los que lo ganó todo al menos hasta final de temporada. Su último partido con Inglaterra fue la semifinal del mundial de Francia de 2007 (en 2008 fue convocado por Johnson, pero creo que no llegó a jugar), en la que precisamente un ensayo suyo les permitió derrotar a los anfitriones y llegar a la final. Con los Wasps disputó su último encuentro en abril del 2009, ante Gloucester.

Lewsey fue entrevistado hace poco en Total Rugby (el video de arriba es la entrevista) y allí confesaba que se había retirado algo antes de lo que su cuerpo le permitía con la intención de demostrarse que era capaz de hacer otras cosas. Una de esas metas se definió en un intento de ascensión a la cara norte del Everest. Lewsey, de formación militar, siempre fue un hombre decidido a llevar su cuerpo al límite de lo tolerable, tomándose los retos a lo grande. Sin embargo, los problemas ocasionados en esta ascensión que no pudo ser coronada (llegó a peligrar su vida), deben haberlo hecho reflexionar sobre la conveniencia de aprovechar el tiempo que le queda de buena forma para regresar a su gran pasión, el vicio oval.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Un boquete llamado Hape


Tras el VI Naciones llegan los análisis, centrados especialmente en el campeón, sumido en sensaciones agridulces. Hay polémica, pero no siempre es uniforme, pues frente a los críticos con Johnson o Flood también hay un mayor o menor número de defensores. Sin embargo, en un punto sí hay consenso, o al menos eso parece hasta el momento: Shontayne Hape (pronúnciese 'jápi', no 'jéip') no puede jugar con Inglaterra. El ex-jugador de Rugby League ha contado de cara a este torneo con una confianza absoluta de Johnson, que lo ha alineado como titular en los 5 encuentros disputados, y si no recuerdo mal ha jugado todos los minutos. El saldo a tanta confianza ha sido escasísimo, casí podríamos decir que nulo. Hape no ha hecho nada, no sabe placar, defiende mal la línea, se entiende poco y mal con su compañero en el centro y más si cabe con los medios. Para colmo, no sabe enfrentarse a la línea rival, escurre siempre el choque y su capacidad ofensiva es bastante escasa. No ha hecho ni un solo partido presentable, pero lo que perpetró el sábado ante Irlanda ha abierto todos los ojos (salvo los de Johnno, de momento) sobre la conveniencia de su suplencia o incluso de una ausencia de toda futura convocatoria. Opciones hay en Inglaterra como para cubrir esa posición. Para empezar, está su compatriota (neocelandés) Riki Flutey, que ya ha jugado con Johnson y que ha vuelto de una lesión. Desde luego, ha demostrado ser un jugador mucho más solvente (que fuera seleccionado en 2009 para la gira de los Lions en Sudáfrica es un sello prestigioso que lo demuestra). Más opciones: un jugador que me gusta, el sudafricano Brad Barritt, defensor implacable (es sudafricano y, por tanto, placa como si fuera un flanker), muy serio, y que además no se suelta mal cuandole toca atacar (hace uns semanas metió un señor drop con los Sarries en su victoria en Franklin's Garden). Inédito en la selección hasta ahora, sí ha jugado varios partidos con los Saxons. También considero que Simpson-Daniel, Turner Hall o incluso Anthony Allen (Manu Tuilagi tal vez no esté todavía como para ser titular en el quince de la rosa), son posibilidades más fiables que la de Hape.

El mítico Martin Corry ha salido a la palestra estos días para sumarse a las críticas a Hape. En unas declaraciones aparecidas en el Guardian, Corry sugiere otra opción que yo he planteado con anterioridad en este blog y en Balón Oval: que el gran Wilko juegue de 12. No tiene sentido desperdiciar el buen momento de forma de Wilkinson, teniendo en cuenta que él ya ha jugado en esa posición. Si Johnson prefiere seguir confiando en Flood para la posición de apertura, sería una buena decisión resituar a Wilko de primer centro. Otra opción sería la inversa: Wilko de 10 y Flood de 12, pues éste también ha jugado en esta posición anteriormente (en Newcastle, cuando estaba a la sombra de Wilko precisamente, aunque también recuerdo algún partido de la selección).

domingo, 20 de marzo de 2011

VI Naciones 2011: título sin honor para Inglaterra


Me sorprende ir acertando últimamente en mis predicciones, pero hay que reconocer que determinadas personas, en su capacidad para seguir caminos previsibles en el sentido más errático, facilitan las cosas. Es el caso de Martin Johnson, entrenador mediocre como Lièvremont y De Villiers, experto en reincidencias lamentables, y que no es más que un lastre para las posibilidades de su propio equipo. Como en los dos casos citados, parece que únicamente obtienen sus equipos algún éxito cuando se contradicen las directrices del entrenador. Y conseguir un éxito es la primera piedra para que éste acabe devolviendo a los suyos al camino del desastre. Ayer en Dublín volvió a demostrarse que Inglaterra tiene a su peor enemigo presidiendo su banquillo. Irlanda los barrió del campo (24-8, crónica de la BBC) como podía esperarse viendo la alineación y el último partido disputado (la miserable e injusta victoria ante Escocia). Tal vez merecían el título después de las tres primeras jornadas, pero no así la gloria del Grand Slam y la Triple Corona, y nada quedó más claro tras los primeros 28 minutos de partido, con 14-0 en el marcador del Aviva Stadium, y un recital de insolvencia, penalizaciones absurdas, falta de intensidad, carencia de ideas, incapacidad para merecer absolutamente nada. Irlanda fue un torbellino imparable que arrasó a unos timoratos ingleses. Con líderes como Flood e Easter no se puede esperar más, y en consecuencia el conjunto de Martin Johnson no merecía llevarse el Grand Slam, aunque hayan recuperado un torneo (tras la derrota de Gales en París) que no ganabam desde el año del éxito mundialista, en 2003. Un título es un título, pero no hay mucho que celebrar esta noche (en la foto oficial, que dejó algo más abajo, muchos ponen caras largas, y otros, como Wilko y Flood, ni siquiera aparecen).



El primer error del partido, antes de salir al campo: Flood. El apertura de los Tigers tiene un serio defecto, y es que físicamente es muy endeble, tiene un fondo limitado, lo que le impide tener continuidad en el exigente ritmo del rugby internacional, de manera que a los tres partidos seguidos se queda vaciado como un pelele, sin fuerzas. Ante Escocia fue algo evidente y notorio que este hombre estaba muerto, y no era nada aconsejable seguir concediéndole la titularidad en Dublín, teniendo en cuenta que los irlandeses iban a plantear una batalla tremendamente física. Con un Wilkinson al 100 % físicamente y además muy inspirado últimamente, poner a Flood era un suicidio. Conste que lo dije antes del partido, y ahí está el resultado. Luego saca a Wilko para que haga milagros, pero éste no llegó, aunque la imagen de Inglaterra mejoró con Wilko al mando (también con el liderazgo moral de otro campeón del mundo, Thompson, que se está mereciendo claramente la titularidad), pues se recuperó la agresividad perdida y la iniciativa en el juego. Luego las combinaciones gestionadas por Care y Wilko callaban en la línea de 22, pero al menos se llegaba a ésta y se planteaban acciones de ataque, porque en la primera parte fue en desierto lo que generó Inglaterra ofensivamente. Estoy convencido de que en la elección de Flood busca Johnno una ganancia personal, ajena a las necesidades del equipo. Me explico: si escoges como titular a Wilko y juega bien, el mérito se le concederá al propio Wilko (todos señalarían su contrastada calidad); mientras que si te decantas por el joven Flood y éste juega a buen nivel, entonces todo el mérito iría para Martin Johnson (por su olfato ajeno a las exigencias jerárquicas). Escoger a Flood por delante de Wilko es uno de los signos que daría contenido a un supuesto 'estilo Johnno' (en el sentido de que le daría una titularidad que hasta ahora ningún seleccionador le había permitido), de ahí que salvo que esté lesionado seguirá jugando Flood como titular. No tengo dudas, visto lo visto, de que entrenadores como Johnno, Lièvremont y De Villiers se mueven  partir de estos mezquinos criterios.

Segundo error: Easter. Por regalarle Johnno dos cosas que no merece: titularidad y capitanía. Easter es uno de los problemas estructurales de este equipo, y ayer volvió a demostrar que no aporta nada. Lento, pesado, fofo, un regalo para sus rivales, todo lo desbarata y además pierde demasiados balones, como uno que le birla Wallace en el primer tiempo y que casi cuesta un ensayo. Sus compañeros de línea, unos intensos Haskell y Wood, están siempre desbordados tratando de cubrir los errores de su ayer capitán. Para colmo, le cae del cielo una capitanía que le viene grande, pues Easter no tiene capacidad de liderazgo alguna, y de eso tenemos muestras en este partido en el que Inglaterra necesitaba más liderazgo que nunca. Easter y Flood tenían que haberlo ostentado, pero se comportaron como medianías sin personalidad, como jugadores inexpertos amedrentados por el ambiente enloquecido del Aviva, que jaleaba las venenosas acometidas del quince del trébol.


Otro error, aunque menos dramático: poner a Banahan de centro. Donde realmente hace daño el 'Juggernaut de Jersey' es en la posición de ala, pues allí su enorme envergadura puede ser mejor aprovechada ante rivales de físico menos poderoso. Pero utilizarlo en una posición que no acostumbra, con la finalidad de atacar la línea rival empotrándose contra los poderosos flankers irlandeses, no parecía la mejor opción (Youngs y Flood no le dieron muchas más opciones). También en este caso la entrada de Wilko le permitió un mayor protagonismo. Para variar, siguen fallando Hape también, un agujero en la línea de centros (la baja de Tindall, en contra de lo que algunos pensaban, se notó a peor, pues la defensa inglesa pierde sin él mucha consistencia y agresividad, además de liderazgo) y Cueto, que no aporta apenas nada salvo revolotear estérilmente a distancia de la línea irlandesa, pero incomprensiblemente son fijos en el equipo de Johnno.

También hay que señalar que Youngs y Ashton, piezas clave (junto a Foden) del resurgir inglés este último año, han decaído mucho en su juego estos dos últimos partidos. Físicamente no se les ve mal (o al menos no tanto como a Flood), pero probablemente merezcan un toque de atención, por caer en cierta soberbia (Youngs lleva ya varias chulerías que deberían corregirle, como la que motivó su sin bin) o complacencia. No así Foden, que siempre cumple aunque esté más o menos inspirado. A todo esto hay que sumar que la delantera inglesa no se desempeñó con la misma efectividad que en anteriores ocasiones, cosa que se pudo apreciar en el primer scrum del partido, ganado espectacularmente por el paquete irlandés (luego la refriega se fue igualando). Está claro, de todas formas, que cuando no funciona este trío, que ha sido en gran parte el responsable del mejor nivel de juego inglés en los últimos 12 meses, queda al descubierto 'la Inglaterra de Johnno', es decir, la que padecimos en los dos primeros años de Johnson al mando del quince de la rosa: un equipo lento, pesado, sin ideas, abúlico, plano, etc.

Y no quiero olvidarme de Irlanda, que realizó su mejor partido de los dos últimos años. Los de Kidney (éste sí, un buen entrenador, con más talento que ego, al contrario que la tripleta Johnno-Lièvremont-PdV) una lección de agresividad, intensidad frenética, controlando la iniciativa del juego, dominadores en los rucks y desplegándose en el juego abierto con absoluta verticalidad. Incluso cometieron menos penalizaciones que otras veces, aunque en eso colaboró el árbitro Lawrence, que no vio unas cuantas 'corbatas' y perdonó la exclusión de un irlandés (no recuerdo si fue O'Gara) por una acción que sí envió a Youngs al sin bin (O'Gara o quien fuera obstaculizó una salida en ventaja tras una penalización en un scrum, lo que propició una tangana). Pero nadie puede dudar de que merecieron ganar el partido con holgura, viendo el poderío y la ambición que pusieron sobre la mesa. Desde luego, le tienen tomadas las medidas a los ingleses, a los que hayan derrotado en 7 de los últimos 8 enfrentamientos. Como detalle para la historia, O'Driscoll agranda su mito convirtiéndose en el jugador que más ensayos ha conseguido en el torneo, con 25.

Lo mejor que tiene Kidney ahora mismo es una tercera línea de talla mundial (Ferris-Heaslip-O'Brien, con Wallace y Leamy en la recámara), con la incorporación descollante este año de Sean O'Brien, un jugador sensacional que, en su fiereza, habilidad y fuerza casi parece un flanker más sudafricano que europeo. Es uno de esos jugadores 'gozosos' que transmiten un entusiasmo epidémico por el rugby (a diferencia de especímenes como Easter, que sólo transmiten tristeza y una abulia infinita). Si a eso le sumamos que Sexton, cosa rara, estuvo bastante inspirado (de hecho, fue nombrado Man of the Match), y que los backs, con un inconmensurable Tommy Bowe al mando, demostraron una peligrosidad continua, se entiende perfectamente el dominio arrollador de los irlandeses durante toda la primera parte. No me despediré sin recordar al gran O'Gara, que nada más salir puso en práctica sus majestuosas dotes para enfriar partidos buscando los vértices con tiros a line out milimétricos. Este hombre tiene más sensibilidad en sus pies cuando patea el oval que el que atesoraba Johannes Vermeer en sus dedos cuando trazaba líneas sobre la tela con su pincel.

sábado, 19 de marzo de 2011

Lomu Banahan




Matt Banahan será titular esta tarde en Dublín en el partido decisivo del VI Naciones, el Irlanda-Inglaterra en el cual los primeros se juegan el honor (que en rugby siempre es muchísimo) y los segundos el Grand Slam y la Triple Corona (el torneo lo tienen prácticamente asegurado, salvo catástrofe inverosímil: para perderlo deberían ser derrotados por más de 20 puntos y Gales ganar en París por una cifra semejante). Jugará de centro, en sustitución del lesionado Tindall, como ya hiciera con solvencia en la segunda parte del Inglaterra-Escocia del pasado domingo. Algo es algo, pero preferiría verlo desempeñarse en su posición habitual en Bath, la de ala, aunque Johnno está obsesionado en mantener en el 15 titular a un Mark Cueto que no mejora lo que puede aportar Banahan, al que yo veo como una especie de Lomu a la inglesa, es decir, una bestia tremenda capaz de arrollar todo lo que encuentre a su paso. Bien es cierto, que las diferencias entre el inglés y el tongano (de nacimiento) son amplias en favor del segundo, pero Banahan tiene una condiciones de similar naturaleza que tendría sentido ir puliendo para su conveniente desarrollo. Un ala de 2 metros es un hallazgo a tener en cuenta, y más si éste es rápido (teniendo en cuenta su envergadura), arrollador y además posee un absoluto desprecio por su propia integridad física. Aunque en ocasiones, como puede verse en este video, Banahan desprecia más si cabe la integridad de su rival, aunque éste sea un duro flanker de casi dos metros y más de cien kilos de peso que pierde el sentido y es retirado en camilla tras ser arrollado por el jugador de Bath.

En cuanto al citado Irlanda-Inglaterra, dos cosas me crispan del quince de Johnno: la suplencia de Wilko (tras sus 15 minutos sensacionales del último partido, y los mediocres 65 previos de un fundido Flood) y la capitanía de Easter, un señor que no debería ser ni titular. Sólo por eso, y aunque prefiero que Inglaterra gane el torneo (ya lo he comentado en alguna ocasión: es de justicia histórica que quienes inventaron este deporte renueven de vez en cuando el salón de trofeos tras tanta telaraña), me decanto por una paliza de los irlandeses en Dublín.

jueves, 17 de marzo de 2011

Paterson, la dignidad escocesa



En un partido que se antojaba complicadísimo, con predicciones que apuntaban a una paliza a favor de una buena Inglaterra frente a una Escocia que había mostrado muy poco, los de Andy Robinson echaron mano de un orgullo que no se les veía en todo el torneo. Se fajaron con entusiasmo y siempre con la esperanza de alcanzar la consecución de una machada, pero en estos casos el resultado no es la finalidad única. Dar la cara, ofrecer un combate digno, saldar las deudas del descrédito. Paterson fue uno de los escoceses más entregados a la causa, y su capacidad para ir más allá de sus propias posibilidades (Paterson tiene un físico limitado y nunca ha sido un gran placador) puede apreciarse espectacularmente en estas imágenes: ataque inglés por el flanco izquierdo, el veloz Ben Foden encara sin obstáculos un ensayo seguro que les puede dar la tranquilidad... cuando se lanza suicidamente bajo sus pies un Paterson que, tras engancharle una pierna, consigue sacar al zaguero inglés del terreno de juego. Una acción de enorme complejidad saldada con una ejecución casi divina, como en esos westerns en los que siempre acababa apareciendo el Séptimo de Caballería cuando más lo necesitaba el héroe de turno, en un momento de clímax sublime. En Twickenham, a favor o en contra, todo el mundo se resignaba al ensayo, y apenas Paterson creyó que era posible hacer lo imposible para evitarlo, jugándose la cara en el empeño (una bota de Foden le golpea en los morros cuando ruedan hacia la línea de fondo). Chris Paterson, el hombre de la semana.

lunes, 14 de marzo de 2011

VI Naciones 2011: la Calcutta Cup para una espantosa Inglaterra


Los dos ensayos del partido, y un precioso montaje final de la BBC con imágenes del partido en cámara lenta mecidos al son del Sunday kind of love de Etta James

Inglaterra comienza a cerrar sus carpetas de asignaturas pendientes: Calcutta Cup en el bolsillo, y el torneo prácticamente. Pero su partido de ayer (22-16, crónica de BBC Rugby) fue realmente espantoso, un auténtico bodrio en el que merecieron perder con una bravísima Escocia. En la prensa inglesa llevaban dos semanas de euforia, comparando a este equipo con la máquina imparable que en 2003 se llevó el único mundial para el hemisferio norte. Pero uno nunca puede olvidar que Martin Johnson pertenece a la misma estirpe de entrenadores que Marc Lièvremont y Peter de Villiers, es decir, señores que tienen más ego que talento, capaces de empeorar la inmejorable mano de obra de la que disponen. Muy hábiles a la hora de tirar por tierra lo que el talento de sus jugadores ha permitido alcanzar. Ayer Johnno fue incapaz de motivar a sus jugadores (o éstos no le hicieron el más mínimo caso) en un partido que llevaba mucho peligro, sigue insistiendo con varios elementos que llevan meses pidiendo banquillo (Easter, Hape y Cueto), cambió tarde a un inoperante Flood, etc. Su dirección fue pésima, y la aplicación de sus hombres corrió a la par. A punto se estuvo de producirse un naufragio terrible, y fue un aviso en toda regla de lo que le puede llegar a pasar a este equipo cuando juega confiado y prepotente. En días así, incluso una Escocia que no gana a nadie, que tiene una de las peores defensas del continente y un ataque paupérrimo, estuvo a punto de dar la campanada y llevarse una Calcutta Cup que no gana en Londres desde hace 27 años.

El partido de Inglaterra fue espantoso, en todas sus líneas. Espesos, lentos, sin ideas, incapacitados para controlar el ritmo y las evoluciones del encuentro. Sólo dos combinaciones de cierto mérito en 65 minutos, hasta que salió Wilko. Parecía que habían salido al campo ya sintiéndose ganadores de todo, cuando todavía no han finiquitado nada. Escocia se los comió en intensidad y valentía, y poco le faltó a los de un histérico Andy Robinson para una hombrada histórica (tal vez si un penoso Romain Poite, que acabó lesionado para chufla de todo el pub palmesano en el que me encontraba, no hubiera enviado al sin bin a Barclay de forma algo rigurosa). El que debería ser nuevo timonel, Toby Flood, estuvo desastroso, fallando casi en cada jugada (pases adelantados, entradas al ruck por el lateral, pases interiores repetitivos y sin inventiva, etc.), y los alas desaprovechados por la recaída en unos de los problemas del Johnno previo al descubrimiento del 'trío maravilla': ataques por el centro, lentos, sin imaginación, repetitivos, que acaban empotrándose una y otra vez en el muro de la línea rival. Vimos a la triste Inglaterra de los dos primeros años de Johnson. Youngs en esta ocasión fue incapaz de ofrecer más alternativas, y las dos únicas que se realizaron (las dos combinaciones largas citadas anteriormente) fracasaron ante la insólita capacidad defensiva mostrada por los caledonios (es increíble que esta misma defensa fuera el coladero humillado ante Irlanda y Francia). De nuevo Johnno se equivocó a la hora de hacer los cambios, y el gran Wilko (junto con Croft, Thompson y Shaw) entró muy tarde (tuvo tiempo para ampliar en 5 puntos su récord mundial de anotación, dejándolo en 1183). De salir antes, a buen seguro que Twickenham habría sufrido menos, pero al menos el pelotón llegó a tiempo para amarrar la victoria. Y es que Wilkinson, ya en sus tres primeras intervenciones, hizo más a la hora de dirigir a sus tres cuartos que Flood en los 65 minutos previos. El ensayo de Croft llegó tras una de estas combinaciones realizadas al poco de salir. Flood estuvo muy bien en sus primeros partidos del torneo, pero se le ve agotado y también bloqueado (es mucha presión la que se le endosa al sucesor del gran Wilkinson), de modo que lo lógico sería que fuera Wilko el 10 titular el sábado en Dublín. Pero con el mediocre Johnno de por medio, experto en reiterar errores, no lo veo nada claro. Banahan es otro jugador cuya titularidad debería ser indiscutible, pero únicamente salió por la lesión de Tindall, aunque ya en su primera jugada demostró la capacidad intimidatoria que le dan sus dos metros de altura (arrolló a un Kelly Brown que tuvo que ser evacuado en camilla).

Como digo, Escocia mereció ganar el partido. La clave, además de la motivación adquirida para redimirse de un mal torneo, fue la entrada de Lawson en el 15 titular, que dirigió a su equipo con una consistencia y habilidad de la que a día de hoy es incapaz Mike Blair. El teólogo-filófoso Danielli también ayudó, muy activo en la primera parte, con Lamont siempre en su línea, y la promesa Jackson que dejó atrás un partido flojo marcando un drop sensacional al filo del descanso. Me gustó también el combativo Max Evans, capaz de inventarse él solito un ensayo precioso, o el ya imprescindible Ritchie Gray, un segunda línea que marcará época. Y qué decir de Paterson: un seguro de vida con el pie, que además realizó grandes placajes, uno increíble a Foden cuando el zaguero de los Saints estaba a punto de posar en la línea de marca. Como ante Gales el año pasado, Escocia volvió a quedarse en el umbral del éxito, aunque al menos demostró que son capaces de muchas más cosas que las mostradas en este torneo.

Inglaterra ya tiene la Calcutta Cup, y prácticamente el torneo (su diferencia de puntos con Gales, la única que se lo puede arrebatar, es de +42 favorable a los ingleses), pero en Dublín aguardan Grand Slam y Triple Corona. Tras lo visto ayer en Londres, yo diría que, si bien merecen ganar el torneo, ni por asomo deberían llevarse el pack completo de éxitos. Si juegan como ayer, merecerían que la escuadra verde de Declan Kidney los arrollara sin piedad en el Aviva Stadium.


Dejo también la imagen que ilustra un momento curioso del partido, o más bien del post-match, que ha sido ver a Tindall recibir el trofeo de la Calcutta Cup de manos la que en pocos meses se convertirá en su suegra, la princesa Ana de Windsor.

PD: en el descanso, la BBC ha entrevistado a Hugh Grant, que estaba en Twickenham. No recuerdo haberlo visto antes en partidos de rugby, pero sí en alguno de cricket (si no recuerdo mal, el The Ashes 2005). Tiene buen gusto en materia deportes este señor.

domingo, 13 de marzo de 2011

VI Naciones 2011: Irlanda se suicida el día de los records



Precisamente el día en que O'Driscoll alcanzaba la primera plaza de máximo anotador de ensayos del torneo (con 24) y que O'Gara se convierte en el quinto hombre en superar la barrera de los mil puntos en el rugby internacional (deja su marca en 1006), Irlanda tiró por la borda sus opciones en este torneo, y sobre todo de ganar la Triple Corona. Tras una buena primera parte, sustanciada en un inicio arrollador, en el que sus backs se movían como puñales entre la agobiada defensa galesa, se dejó llevar en la segunda para que Gales le diera la vuelta al marcador, para ganar 19-13 (crónica de BBC Rugby). La intensidad de esta primera parte fue realmente muy agradable de ver, con unos jugadores que mostraron una entrega soberbia. Pero el agotamiento cundió en la segunda fase, con muchos más errores y falta de ideas. Irlanda ya no anotó, y Gales sólo fue capaz de ensayar gracias a una treta, presentada en una acción de legalidad discutible.

Gales, por cierto, ha mejorado basante sus prestaciones desde que James Hook ha conseguido la titularidad como apertura (aunque, por la baja de Jonathan Davies, ante Escocia jugó de primer centro). Tres victorias en tres partidos desde entonces. Aunque el cariño y respeto por Stephen Jones es mucho, hay que reconocer que estos dos últimos años ya no merecía ser titular en el quince del dragón. Hook y Biggar están en mejor forma para desempeñarse en estaposición, pues le dan más movilidad e imaginación a su juego de ataque. Si Johnno se ha atrevido a sentar a Wilko, no veo por qué Gatland se ha resistido tanto, cuando tenía más motivos, a hacer lo propio con Jones. También se notó positivamente la vuelta al equipo del joven Halfpenny, un gran talento capaz incluso de encargarse satisfactoriamente de los tiros a palos más lejanos. Señalar también a un Warburton que se va asentand poco a poco como uno de los mejores flankers del continente. En cambio, eché en falta una mayor participación de Alun-Wyn Jones, muy apagado durante todo el partido.

De Irlanda me gustaría desctacar a Sean O'Brien, que tras unos dos partidos algo mejorables, está demostrando en los dos últimos que es el jugador revelación del torneo. El flanker de Leinster es una auténtica bestia que avanza siempre que agarra el oval, ya sea por fuerza o habilidad, y que lucha por fiereza cada ruck. Para mí, puede ser uno de los jugadores del mundial (la tercera línea que forma con Heaslip y Ferris, cuando éste se recupere, puede ser histórica). Pero decisivo, paramal, fue el cambio de O'Gara por Sexton. Es cierto que O'Gara progresivamente iba bajando su ritmo de juego y la precisión de sus patadas (falló algunas destinadas al line out), pero la salida de Sexton lo empeoró todo. Primero, tras fallar un sencillo penalty que habría permitido empatar el partido a 16, y segundo, con una lamentable patada a line out, que apovecharon los galeses Rees y Philipps (en posible ilegalidad. Los de la BBC ayer no lo acaban de tener del todo claro). Incluso creo que de alguna manera intervino en la última y dramática jugada del encuentro, cuando a punto estuvo de producirse el ensayo redentor de los irlandeses, pero Paddy Wallace, queparecía tener el ensayo hecho en el vértice izquierdo, trato de ganar ángulo para conseguir un ensayo más centrado, es decir, con mayores posibilidades de convertir la transformación. Seguro que el fantasma de la incolvencia de Sexton con el pie se cruzó, cual tétrico fogonazo, por la mente de Wallace, y esa certeza ("seguro que éste no la mete desde la banda") pudo acabar torciendo lo que podría haber sido una gran victoria de los hibernios.

sábado, 12 de marzo de 2011

VI Naciones 2011: la Grandeur humillada en Roma



Aunque hasta ahora algunos prefirieran sobredimensionar el Grand Chelem del año pasado (en conjunto, uno de los peores VI Naciones que se recuerdan), no había muchas dudas sobre la dinámica negativa que conducía escalonada pero firmemente a la Francia de Lièvremont hacia el desastre. Aunque tal vez uno no esperaba que la hecatombe se produjera precisamente en el estadio Flaminio de Roma, ante la débil Italia, una selección que no gana a nadie en el VI Naciones, salvo a Escocia, y que esta tarde ha disputado probablemente el partido más importante de su historia (22-21). No permitiéndole al poderoso ataque de los franceses (un gran ataque anestesiado por las probaturas ilógicas de su entrenador) más que dos ensayos, y cobrándose todas las penalizaciones que fue provocando gracias a su consistente pack delantero. El postrero ensayo de Masi los metía en el partido, y el pie de Bergamasco les permitía alcanzar la gloria. Los últimos minutos fueron agónicos, con una Francia volcada para conseguir un drop o provocar un penalty, aunque haberlo conseguido no habría cambiado la penosa impresión dejada sobre la hierba. Al final hay que concederle a Nick Mallett que, teniendo en cuenta los mimbres precarios que dispone, ha conseguido montar un equipo serio, duro y físico, que suele dar guerra a todos sus rivales. Con todos ellos este año, salvo con Inglaterra, ha tenido opciones de ganar el partido, y curiosamente lo ha conseguido ante el todavía campeón del torneo. Aunque todavía le falte un apertura de calidad para aspirar a algo más importante (el puesto de medio scrum ya está mejor ocupado, con Semenzato y Canavosio), es indudable que Italia ha crecido algún escalón estos últimos años.

Francia necesitaba ganar de paliza para aspirar todavía a ganar el VI Naciones (la diferencia de puntos es muy favorable a Inglaterra), y lo que registraba la historia tras cada enfrentamiento entre ambos equipos es que la victoria amplia era muy posible. De hecho, el último antecedente en Roma fue una paliza visitante: 8-50. Pero, en esta ocasión, ni victoria siquiera. Los síntomas de la debacle francesa ya estaban sembrados, e incluso en este blog le dedicamos una entrada hace una semana únicamente. Si cada vez había en Francia menos defensores del trabajo de su seleccionador, tras la humillación de Roma me parece que apenas debe quedar nadie entre los valientes o inconscientes que todavía lo jaleaban. Una generación espléndida puede ser liquidada de la peor forma posible. Pero ahora ya es demasiado tarde para cambiar a Lièvremont, así que la Francia rugbística lo tendrá que soportar en el peor escenario posible: el Mundial de Nueva Zelanda.

Por cierto, con los resultados de hoy, Inglaterra es virtual campeón del torneo, ocho años después, pues con vencer mañana a Escocia ya lo tendría en la mano (la diferencia de puntos es tan enorme que hace imposible cualquier cambio en la última jornada).

viernes, 11 de marzo de 2011

VI Naciones 2011: vuelve el mejor O'Gara



Con excesivo retraso trataré de analizar el choque que enfrentó en Murrayfield a los dos rivales que le quedan a Inglaterra en su camino hacia un posible Grand Slam: Escocia 18 - Irlanda 21. No fue ninguna maravilla, desde luego, pues ambos demostraron que, si no espabilan, los de Johnno les vencerán con facilidad en las próximas semanas. Escocia siguió en su línea habitual, mientras que en Irlanda, tras los intentos de que Sexton cuaje de apertura titular y que han resultado infructuosos, Keadney debería pensar si no es mejor concederle al veterano O'Gara la posibilidad de dirigir a los hibernios en el Mundial y en lo que queda para llegar a él. Un O'Gara fino en el lanzamiento a palos, sublime en los tiros a line out (o casi: sólo falló uno en el minuto 66) e incluso capaz de anotar un ensayo, rompiendo la línea entre Ford y Jackson, aunque jugándose la anotación zafándose del placaje de Paterson.

Escocia llevó la iniciativa en el primer tiempo (que finalizó 9-14), pero en su estilo de siempre: fases lentas, sin capacidad de hacer daño, con algún break que no tenía continuidad o moría en un knock on o un mal pase. Iniciativa baldía, sin capacidad resolutiva. A veces parece que quieren jugar 'a la francesa', sin tener mimbres para ello, mientras que paradójicamente Francia se dedica a jugar al estilo que más convendría a los caledonios. Si se mantuvieron con opciones hasta el final fue gracias a las numerosísimas penalizaciones que cometía Irlanda (también a su estilo: no hay manera de que corrija su indisciplina endémica). Pero el cambio de Parks por Ruaridh Jackson no surtió efecto (Parks tuvo que salir al rescate justo tras el tercer ensayo irlandés), además de que Blair no ayudó nada. El principal problema de este equipo es que tiene demasiados jugadores insípidos: cuentan con cierto talento, pero carecen de fiereza y determinación. Por eso, entre este bloque insulso y anodino, jugadores como Sean Lamont son imprescindibles (también Ritchie Gray), y no se entiende por qué ha tardado tanto Andy Robinson en facilitarle la titularidad. Rory Lawson y Parks también incidieron con su salida en un mayor entusiasmo, pero en Escocia siempre acaba saliendo el pathos acomodado y reservón que hace que no se jueguen una seria opción de ensayo para conformarse con un estéril drop (siempre se las arreglan para aplazar cualquier posibilidad de tomar la delantera en el marcador).

Irlanda no estuvo mucho mejor (algo sí, desde luego), pero al menos cuando atacaba llevaba siempre peligro. Los dos primeros ensayos irlandeses fueron una demostración palpable de la mediocridad defensiva de Escocia. En el primero, de nuevo un error de De Luca (parece que al fin Robinson entiende, de cara al choque de Twickenham, que este señor no puede ser titular en la escuadra del cardo), que se fue directo a por Rory Best, al que ya controlaba Sean Lamont (de nuevo imprescindible el centro de los Scarlets), dejando el camino libre a Heaslip para que posara el oval. El segundo fue peor, por los errores fueron varios y repartidos de manera colectiva. Primero, desastrosa compenetración en un line out provocado por O'Gara, que deja el balón libre, y aunque lo recogen, Lamont lo acaba perdiendo y Blair es placado en la zona de marca. Scrum favorable a los de verde, y Heaslip que fácilmente engaña a los defensores, llevándose a tres de ellos, para que Reddan pueda anotar tranquilamente.

A pesar de su mayor potencia ofensiva, Irlanda purgó su indisciplina en los rucks, para acabar temiendo por una victoria que deberían haber controlado con mayor placidez. O'Brien mejoró sus anteriores partidos, formando una tercera línea poderosísima junto a Heaslip, que va recuperando el tiempo que estuvo de baja, y un bravo Wallace.

jueves, 10 de marzo de 2011

Confianzas sureñas


Mientras saco tiempo para ver y comentar el Escocia-Irlanda, no me resistiré a comentar un pequeño detalle que puede tener su miga. La cuestión es que me llama la atención la confianza con que muchos árbitros del hemisferio sur se refieren a los capitanes de los equipos del Super 15. Suelen ser los árbitros neocelandeses y australianos, más que los sudafricanos, pero muchas veces, cuando se dirigen a los capitanes, los suelen llamar por su nombre de pila. Durante el pasado Force-Sharks, el árbitro llamaba a Nathan Sharpe por su nombre de pila, y en otras ocasiones ha pasado lo mismo con Phil Waugh, McCaw o Rocky Elsom. Por contra, en el hemisferio norte las cosas se producen con algo más de distancia y menos coloquialidad. Tal vez se haya dado algún caso, pero no recuerdo a ningún árbitro llamando por su nombre a capitanes en encuentros de la Heineken, la Aviva o la Magners.

PD: los highlights de las jornadas 2 y 3 del Super 15.

miércoles, 9 de marzo de 2011

George Smith en Total Rugby



Reportaje en Total Rugby sobre uno de mis flankers predilectos: George Smith. Un tipo que, en la línea del lesionado Heinrich Brüssow, elevó a categoría de arte la labor de placar y robar el oval al adversario placado. Un tipo siempre fiable, intenso en defensa y entregado en ataque, una roca que placaba, y sigue haciéndolo en Francia junto a Wilko y Hayman, todo lo que se le enfrenta.

El caso es que me sigue intrigando la intrahistoria de su retirada del rugby internacional (y posterior paso al Toulon del millonario Boudjellal, mecenas del comic), tras superar el centenar de caps y con buena edad para llegar al mundial de este año. No sé si se llegó a aclarar totalmente, pero siempre me ha quedado la idea de malas relaciones con Robbie Deans, que dejó a Smith sin su segunda capitanía (tras Mortlock), además de rebajarlo más de categoría, de indiscutible primer flanker, a tercero tras Elsom y Pocock. Tengo la sensación de que, aunque no fuera titular (Pocock fue el mejor flanker del mundo el pasado 2011, y Elsom un fijo), Australia llegará a necesitar de gente como George Smith para ganar el mundial.

Dejo también aquí una recopilación de jugadas del Centurión australiano.

domingo, 6 de marzo de 2011

Gloucester sube, Northampton baja



Dos equipos de la Aviva Premiership se encuentran sumidos en dos dinámicas diametralmente opuestas: Gloucester, en sentido ascendente, y Northampton, en descenso imparable. Los de Bryan Redpath han pasado de estar en una insustancial zona media de la tabla, a meterse en play-offs y además con opciones de asaltar la cima de la clasificación. Ahora mismo se trata del equipo con mejor racha de los últimos meses. Su último bagaje es asombroso, nadie parece resistir a su empuje, y va superando rivales de entidad uno tras otro: Bath ayer, Northampton (partido al que pertenece el video de arriba), London Irish, etc. Con Dean Ryan al mando Gloucester era un equipo que solía encabezar la liga regular para caer después en play-offs, y el año pasado, primero de Redpath al mando, ni siquiera hubo opciones de entrar entre los 4 primeros. Sin embargo, parece que este año todo ha cambiado y el proyecto del ex-medio scrum escocés comienza a cristalizar en resultados. Ayer ganaron (34-22) a uno de los equipos en mejor forma, Bath, con una lección en el set piece (Hamilton imbatible en los line outs, Doran-Jones merendándose a Flatman, y unos mauls muy buenos), y un despliegue ofensivo en los momentos clave que dirigió con maestría Rory Lawson. El equipo es más agresivo y tiene mayor rapidez de despliegue que el año pasado, y eso lo aprovechan jugadores como Morgan y Voyce, que han vuelto a adquirir protagonismo tras sus respectivas lesiones. Sus fases de ataque son rápidas y limpian los rucks a la perfección, lo que permite alardes como el que ayer les llevó a conseguir 4 ensayos y el correspondiente bonus ofensivo. En el precioso Kingsholm siguen imbatibles, y a diferencia de la temporada pasada consiguen sumar puntos fuera de Gloucester.

Por parte de Northampton, queda claro que en sus virtudes se encuentra también su demérito, y es que el éxodo momentáneo de sus internacionales, que se encuentran en un momento excepcional, ha perjudicado notablemente al conjunto. Sin los Foden, Ashton, Hartley y Wood (además han tenido lesionados a Lawes y Dickson, y a Ansbro algún partido con Escocia), que han disminuido dramáticamente su capacidad ofensiva, los Saints han pasado de liderar cómodamente la tabla a caer en picado hasta incluso salir de la zona de play-offs (ahora mismo están en la sexta plaza, aunque con algún partido menos). Su última derrota, la sexta consecutiva en la competición, hoy en Exeter (30-9), una paliza similar a la que padeció en The Rec (nadie consigue ensayos y la defensa es un coladero), demuestra que necesita desesperadamente la reincorporación de sus mejores hombres si quiere tener opciones de finalizar la temporada de la manera tan positiva de como la inició.

jueves, 3 de marzo de 2011

La evolución de Lièvremont


Ya con cierta perspectiva que aportan sus 3 años en el cargo, resulta curiosa la trayectoria de Marc Lièvremont al frente de Les Bleus. Si en un principio fue recibido como aquel que pretendía rehabilitar las esencias del 'rugby champagne' tras la etapa resultadista de Bernard Laporte, entrenador que consiguió títulos pero gracias a un juego cicatero y poco o nada vistoso, progresivamente ha ido convirtiéndose en su más cercano sucesor. Si no fuera porque ni es calvo ni tampoco lleva gafas, uno diría que Laporte sigue entrenando a la selección francesa de rugby.

Lièvremont no se cansó de proclamar, durante su primer año al mando, que lo importante no eran los resultados, y eso incluía el VI Naciones 2008, porque su misión principal consistía en preparar a Francia para el Mundial 2011. Precisamente por esta premisa, fue armando un equipo que trataba de separarse de la herencia recibida, desarrollando nuevos estilos de juego, asentando un patrón diferente. Por eso, gente tan simbólica como Chabal fue descartada del equipo, aparentemente en una decisión sin vuelta atrás. Y también por eso una generación de jóvenes talentosos tomaba el mando (Parra, Trinh Duc, Medard, Barcella, etc.). El primer partido fue una bonita victoria en Murrayfield, con una vistosa estampa del regreso al flair que representaban jugadores como Clerc y Heymans, dos de los mejores ese día. Las derrotas ante Inglaterra en casa, y ante Gales en el Millenium no parecían preocupar a Lièvremont: la evolución del equipo, paso a paso, era lo decisivo. El modelaje no podía hacerse en dos días. Aún así, el regreso de Chabal a las convocatorias podía verse como un extraño cambio de rumbo, todavía no muy decidido.

Pero todo comenzó a cambiar realmente, más allá de lo simbólico, en el VI Naciones 2009, iniciado ya con derrota en Dublín. Será por las críticas, o porque ya no estaba muy seguro de lo que quería hacer, pero Lièvremont cambia el rumbo ese VI Naciones en el que son arrollados por una tremenda Inglaterra en Twickenham (34-10). Lièvremont parece no ver salida a su nuevo estilo atacante, y tras el torneo adopta métodos muy cercanos a los de su predecesor. El buen resultado inmediato de este cambio de rumbo decide la metamorfosis de Lièvremont: las victorias en Nueva Zelanda (junio 2009) y en casa ante la poderosa Sudáfrica (noviembre 2009) parecen convencerlo de que la senda es la buena (la paliza de los All Blacks en Marsella, en noviembre, no se percibe más que como un pequeño bache). Se cumple la máxima de Lampedusa: todo cambió en los Bleus para que finalmente todo prosiguiera de la misma manera. El Grand Chelem del 2010 pareció sellar un modelo fijado que daba resultados muy positivos. El pacto de Fausto se consumaba con vistas al Mundial: desaprovechar el tremendo poder ofensivo de la generación de jugadores para enclaustrarse bajo un estilo defensivo, cicatero, con un scrum poderosísimo, una defensa impenetrable y granítica, y con una fina capacidad para aprovechar los errores del rival. Así trituraron a Irlanda en París, y a Gales o Escocia a domicilio. Inglaterra fue más difícil de batir, pero la pierna de Parra y un scrum insuperable fueron suficientes. A todo ello se une lo que el nick Bob ha calificado en Balón Oval como 'el juego de las sillas', esto es, una compulsiva necesidad de ir moviendo posiciones y jugadores con fines poco claros, en una espiral que si pretendía aumentar el nivel de competitividad ha errado completamente. El jueguecito dichoso ha conseguido 'quemar' a varios jugadores (Beauxis, Yann David, Dupuy, Fritz, Floch, Tillous Borde, Baby), además de desubicar completamente a otros (Traille, Clerc, Jauzion, Chabal, Poitrenaud, ahora Parra, etc.).

Sin embargo, el modelo comienza a resquebrajarse poco después, en junio. El scrum comienza a flaquear y, peor aún, la defensa hace aguas por todas partes. Si pocos meses atrás era misión casi imposible llegar a la línea de marca francesa con el oval controlado, a partir de junio la tarea se simplificó sorprendentemente. Sudáfrica y Argentina demostraron esa recién adquirida debilidad infligiendo a los franceses derrotas muy amplias. Pero fue Australia en noviembre, en el mismo Stade de France, el que hace sonar las alarmas con una alarde de ataque devastador que, en la segunda parte, consiguió nada menos que 6 ensayos para un total de 7 (16-59). Paliza humillante, con la sensación añadida de que, tras los últimos fracasos, no se trataba de una anécdota.

En el VI Naciones 2010 el scrum volvió a funcionar, al menos en los dos primeros partidos, pero la defensa seguía la línea de los últimos meses: 3 ensayos encajados ante la débil Escocia en casa y otros 3 en Dublín. Las victorias no permitían olvidar que algo no funciona en el modelo impuesto por el segundo Lièvremont, aquel que se fue desdiciendo de sus primeras promesas. La derrota ante Inglaterra profundiza en las dudas. Lièvremont ha ganado un VI Naciones, y quién sabe si todavía puede ganar otro este año, pero la sensación es que no ha sabido formar a un equipo con garantías para hacer algo importante en el Mundial. Cuando las cosas comenzaron a no funcionar, se entregó en manos del método de su predecesor, y es ahora cuando parece que tampoco se resuelven del todo los interrogantes. Lo peor es que Francia puede malbaratar, por puro resultadismo, una de las mejores generaciones de jugadores de los últimos tiempos.

PD: datos que le tomo prestados precisamente al citado Bob. La 'cosecha Lièvremont' se sustancia en 31 partidos totales en los que el número de ensayos a favor ha bajado de 103 (registrados en los 31 partidos previos a su incorporación) a unos míseros 65; de un 71 % de victorias se ha bajado a 58 %; nada menos que 81 jugadores convocados. Resulta que no sólo se ha convertido Lièvremont en un clon de Laporte, sino que incluso empeora al original.
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