viernes, 18 de febrero de 2011

El terrible caso de Stuart Mangan



Mientras busco tiempo para visionar el Escocia-Gales y alguno de los primeros partidos del Super 15 (cuyo formato no me gusta demasiado), iniciado con un bautismo de sangre para los debutantes Rebels de Melbourne, dejo aquí este documental que vi el año pasado sobre el terrible caso de Stuart Mangan (1983-2009), un joven irlandés jugador de rugby que quedó tetrapléjico a consecuencia de un golpe producido durante un partido. El cambio entre su vida anterior, vital y desbordada de pasiones, y la que lo relega a una silla de ruedas y múltiples cuidados más para conseguir su supervivencia (entre ellos el escalofriante tubo respiratorio insertado en su cuello) es de las cosas más terribles que he visto. Me he acordado de Mangan estos días tras visitar a un amigo en un hospital de Palma, donde otro amigo que trabaja allí de enfermero me presentó a un chico tetrapléjico que lleva toda su vida en el hospital (ahora cumplirá 19 años). Impresionan mucho este tipo de casos, y es difícil decir cuál de ellos es peor, pero creo que la experiencia de Mangan añadía un elemento si cabe más perturbador: él había tenido una vida normal hasta que sucedió el accidente, de modo que podía comparar su desgracia con un tiempo previo de felicidad y libertad. El chico del hospital palmesano no ha tenido esa opción torturadora, pues fue un mal uso del forceps en el mismo momento de su nacimiento lo que lo dejó totalmente incapacitado.

Dejo las otras partes del documental dedicado a Mangan: segunda, tercera, cuarta y quinta.

3 comentarios:

  1. Estos casos son terribles, pero llama la atención la falta de dramatismo con que lo viven ellos. Supongo que tendrán sus momentos y la procesión irá por dentro, pero se le ve con ánimos y buen humor, y eso en sí ya es todo un logro. O eso o es que desde la distancia las cosas parecen mucho más tremendas, pero luego en primera persona, cuando te toca vivirlo (y que no nos toque a ninguno), te acabas adaptando. Claro, que el carácter de la persona también influye, y Mangan, por lo que se ve, era una persona jovial y optimista antes del accidente.

    Al final, tanto el que lo padece como los que les cuidan acaban viviéndolo con normalidad. Una normalidad dura, por supuesto, pero habitual al fin y al cabo.

    Saludos.

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  2. Visto desde fuera, parece totalmente insoportable su experiencia. Pero debe ser cierto que en esas situaciones tan delicadas uno tiene que adaptarse a esas nuevas reglas como si no existieran otras. De mi limitada experiencia personal, mi peor momento fue el año entero que pasé en muletas (2000-20001), tras 3 operaciones y con año y medio total de rehabilitación, y debo decir que nunca me deprimí (sí lo hice al poco de que me dieran el alta) e incluso tenía un ánimo extrañamente alegre.

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  3. Horrach cuantos años tenes vos????? jajajaja al 20001 ''''pajero

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