jueves, 22 de julio de 2010

Tri Nations 2010. Segundo asalto: más de lo mismo



La narración se repite: nueva victoria local en tierras neocelandesas y nuevo sin bin a los pocos minutos que desarbola las opciones de los visitantes. Rossouw fue en este caso la víctima, aunque, a diferencia de Bakkies Botha, su exclusión fue algo injusta (le da una patadita a McCaw, pero es que el 7 de los All Black le suelta antes un codazo desde el suelo). Los locales aprovecharon maravillosamente sus diez minutos de superioridad para anotar dos ensayos que abrían la diferencia. Sudáfrica mejoró algo con respecto al partido de Auckland, pero su énfasis en el juego con el pie, que no dio apenas resultados, y su mal juego a la mano lo volvieron a condenar, 31-17 en este caso. Dos derrotas (sin bonus defensivo), lo que sumado a los dos bonus ofensivos de Nueva Zelanda, deja las cosas con un 10-0 inicial que casi decanta ya el torneo.

De Villiers siguió en sus trece tras la primera derrota, interpretando que había sido un accidente y, por tanto, no había que hacer cambios sustanciales. También volvió a pesar el conservadurismo de los sudafricanos. Si en el partido anterior desaprovecharon un posible ensayo por asegurar 3 puntos con un tiro de Steyn, en esta ocasión repitieron el desatino nada más comenzar la segunda parte: con 13-7, una buena acometida los llevó casi encima de la línea de marca. Los All Blacks estaban desbordados y fueron penalizados por el árbitro; un line out habría sido una opción lógica y ambiciosa para cambiar la dinámica del partido y del torneo, pero de nuevo se pecó de conservador y se pidieron palos. Tras el tiro de Steyn los neocelandeses volvieron a la carga anotando un brillante ensayo René Ranger, tras una jugada colectiva que comenzó en un error de Kirchner (buen atacante pero desastroso defensa, muy liviano e incapaz de entrar con fuerza al choque). Sudáfrica pagaba así su inconsistencia y su mentalidad de equipo 'pequeño' asustado ante los neocelandeses.

El cambio de Januarie por Ruan Pienaar (con 25 minutos por disputarse) dio sus frutos rápidamente, demostrando que el error de De Villiers a la hora de confiar en el 9 suplente de los Stormers ha sido fatídico. Y es que nada más salir al campo, Pienaar (nuevo jugador del Ulster irlandés) dirigió un gran ataque de los Springboks que llegó a encadenar 14 fases, algo insólito en lo que llevamos de torneo (y, de hecho, en el juego sudafricano desde hace 3 años). El empuje visitante duró casi 10 minutos, aunque por errores en el pase (de Fourie) o por pérdidas del oval (Louw) el ensayo que habría llevado el 20-17 al marcador no se llegó a producir (tampoco un sin bin a McCaw, amonestado por 3 veces por un mal Rolland, que sin embargo dejó al capitán de los locales sobre el terreno de juego). Al contrario: si llegó el ensayo fue por obra de los All Blacks, con una jugada antológica en solitario del debutante Israel Dagg, que sorteó a todos los rivales que trataban de placarlo (Spies, Burger, Aplon, Bekker...) para conseguir el bonus ofensivo para su equipo. Los Springboks, con Pienaar dirigiendo al equipo, daban síntomas positivos de recuperación, pero Rolland y Dagg les dieron la puntilla definitiva. Incluso Carter comenzó a meter sus tiros a palos (hasta ese momento llevaba una serie horrorosa).

De cara al próximo partido parece que el incompetente De Villiers sí se ha decidido a hacer cambios (aunque se le ha vuelto a calentar la boca hablando de supuestas 'conspiraciones arbitrales'): entran Pienaar, Aplon, BJ Botha y Kankowski, mientras que Januarie y Low no están ni en la convocatoria. Todavía hay tiempo para reaccionar, aunque Australia tampoco será un rival fácil (sobre todo teniendo en cuenta que ha recuperado a lesionados clave como Genia, Moore y Robinson).

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