lunes, 3 de mayo de 2010

Hegemonía francesa también en la Heineken Cup



Como no podía ser de otra manera, tras el Grand Chelem de este año en el VI Naciones y disputándose el último encuentro de la Heineken en París, la final de esta última competición la tenían que disputar equipos franceses, en este caso Biarritz y Toulouse. Su condición de locales en las semifinales también ayudaba a que se diera esta resolución, y parece que el factor cancha tuvo mucho que ver. El 2009 fue un 'año irlandés', y este 2010 parece que significa el retorno de la Grandeur rugbística, aunque no en su forma de rugby champagne.

Ambos encuentros de la Heineken fueron igualados hasta entrada ya la segunda parte, que es cuando los locales pusieron la directa hacia la victoria. En ambos casos se dedicaron a especular un poco en la primera parte, dejando a sus rivales una iniciativa que no se traducía en puntos por la buena disposición de las defensas francesas. En el caso del Toulouse-Leinster (26-16), la aparición estelar de Skrela desniveló claramente el marcador, con dos ensayos seguidos que dejaron muy tocados a los dublineses, vigentes campeones de la competición. Los de Guy Noves, como está siendo la norma últimamente en equipos franceses, prefirieron seguir el estilo Lievremont antes que su tradicional y espectacular juego de tres cuartos, y la verdad es que obtuvieron resultados positivos. Bien dirigidos por el All black Kelleher y con una gran delantera que fundió al paquete de Leinster (ya digo: los tres cuartos se dejaron ver bastante poco; la melé fue más decisiva), demostraron solvencia y profesionalidad. Para mí son los favoritos en la final de París, donde podrían conseguir su cuarta Heineken (sus tres títulos datan de 1995, 2003 y 2005).



Por lo que respecta al Biarritz-Munster (18-7), los irlandeses tenían bastante controlado el encuentro hasta el minuto 65. Sin hacer ni mucho menos un gran partido, ganaban 6-7 y con su espléndida defensa tenían controlados a los franceses. Pero cuando precisamente faltaba la puntilla final que asegurara la victoria, la melé de Munster se vino abajo (justo cuando su tremenda pero envejecida primera línea había sido parcialmente sustituida) y concedió en los últimos 15 minutos 4 penalizaciones que fueron transformadas por un espléndido Yachvilli (un jugador que se crece en los partidos importantes). Las entradas al campo de Barcella (muy fuerte en melé) y Peyrelongue (que dio a su equipo mayor movilidad) resultaron decisivas. Destacar también el sacrificio de 'Ecce Homo' Harinordoquy, que jugó con una aparatosísima máscara (para proteger su maltrecha nariz) y que acabó casi destruido, creo que con alguna costilla rota.

En resumen: los franceses vencen jugando ambos al estilo Lievremont. Cosa que es lógica tratándose de Biarritz (que jugará su segunda final, tras la perdida ante Munster en 2006), pero que sorprende un poco en el caso de Toulouse (que a su ves disputará su sexta final. Perdió en 2004 y 2006). Tengo curiosidad por ver si en la final mantienen esta forma de juego. Imagino que Toulouse, que tiene más recursos, alternará estilos y puede otorgar un mayor protagonismo a sus tres cuartos. A favor de Biarritz está el tema del descanso: a los de Serge Blanco sólo les queda ese partido, mientras que los de Tolosa mantienen abierto todavía el frente del Top 14 (como no están directamente clasificados para las semifinales, tienen que jugar antes la repesca ante Castres).

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