viernes, 28 de mayo de 2010

Recta final de las cuatro grandes ligas


Se acaba la temporada en el norte con un sábado grande. Las grandes ligas sólo están pendientes de la dilucidación del partido final. Ya sea en la Guinness, con el enfrentamiento entre Leicester Tigers y Saracens en Twickenham, o en la Magners, con Leinster y los Ospreys de Swansea, en el Top 14 con repetición de la final del año pasado (Clermont y Perpignan). Pero también en el hemisferio sur, con la final del Super 14 en Soweto (no en Pretoria. Cosas de la política sudafricana) entre los Bulls y los Stormers de Ciudad del Cabo. Los cuatro partidos se antojan apasionantes y, en mi opinión, no cuentan con un favorito indiscutible en ningún caso.

Bulls-Stormers: tal vez el mejor partido que puede verse hoy en día a nivel de clubs. Aunque los Bulls son una apisonadora, los Stormers son un equipo más serio y conjuntado, y con una hambre impresionante de títulos. Ambos cuentan con ataques poderosísimos, aunque los de Coetzee (para mí, mejor entrenador a nivel táctico que Ludeke) tienen una mejor defensa, y su balance puntos a favor y en contra es el mejor de la liga. Dura pugna nos espera también en el line out, los mejores a mi juicio de toda la liga (y casi diría que del mundo), aunque el scrum y los pateadores (Steyn y Grant en racha) serán decisivos. Final sudafricana que, como en el norte con Francia, demuestra la hegemonía springbok en el hemisferio sur.

Leinster-Ospreys: primeros play offs de la Magners con los que han sido los mejores equipos de la liga regular. Cualquiera merecería la victoria, aunque tal vez me decante levemente por los galeses, que cuentan con el que a buen seguro se convertirá en el mejor apertura del mundo, el impresionante Dan Biggar (20 añitos. En la foto), acompañado en el eje del juego por el recuperado Philipps y el reconvertido con éxito en un gran número 12, el gran James Hook. La recuperación del bestial Jerry Collins puede ser otro factor a favor de los galeses (el enfrentamiento del All Black con Jamie Heaslip puede ser de antología). Pero, claro, en frente estará BOD y sus secuaces, temibles siempre en cualquier circunstancia.

Leicester-Saracens: los Tigers tienen con diferencia el mejor equipo de la Guinness, y ante Bath en semifinales dejaron de lado su espléndido juego ofensivo para dar una lección de practicidad que los hace todavía más poderosos. Nadie cuenta en Inglaterra ahora mismo con mejores recursos, pero los de Venter son un equipo rocoso que aprovecha minuciosamente los errores del rival (como pudo verse en semifinales, en el Franklin Gardens). El partido podría significar la coronación de un jovencísimo jugador que, como Biggar, estará destinado en breve a ser grande en el mundo del rugby: el medio scrum Ben Youngs (20 añitos también).

Perpignan-Clermont: el eterno finalista, Clermont, de nuevo en el escenario en el que se revelan sus incapacidades históricas y su atávico temor a ganar. Para más inri, será ante su verdugo del año pasado. Ésta será ya la cuarta final seguida de los de Cotter, un equipo que nunca ha ganado la liga francesa, y que en justicia esta ocasión debería ser su oportunidad consumada. Aún así, Perpignan está en un buen momento de forma y amenaza con prolongar su hegemonía y, en consecuencia, el infierno de Clermont. A mi modo de ver, el partido dependerá decisivamente del funcionamiento de la dupla Parra-James, que ante Leinster en la Heineken falló estrepitosamente, pero que en esta ocasión no puede repetir debacle.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Toulouse tetracampeón, sinónimo de Heineken



Por si había dudas, se ha vuelto a confirmar: hablar de la Heineken Cup, la Copa de Europa del rugby, es hablar del Stade Toulousain. Ésta que consiguió el pasado sábado en París es su cuarto título (21-19), pero hay que recordar que además ha disputado dos finales más. Es decir, que su presencia en estas finales alcanzan la cifra de seis, en un torneo que sólo se ha disputado en quince ocasiones.

No se repitió el partido (Top 14) que vimos en Anoeta hace unos meses, donde Biarritz mostró unas virtudes en scrum y tiro a palos que no pudieron ser contestadas por los de Guy Novès. En París las tornas se invirtieron y el scrum dominante, a veces incluso de forma apabullante e insultante (incluso ya con Barcella en el campo), fue el tolosano. En pocos partidos del máximo nivel podrá verse un dominio tan avasallador en el scrum como en este partido, y resulta sorprendente, no si tenemos en cuenta la fortaleza del paquete de Toulouse (que en semifinales doblegó en ese terreno a Leinster), sino porque Biarritz había jugado a buen nivel en esa faceta del juego en partidos anteriores.

Como suele ser habitual en finales de la Heineken, apenas hubo ensayos (en este caso, sólo uno y al final), y todo se confió a la efectividad de los tiros a palos, donde Skrela y un inspiradísimo Florian Fritz le ganaron la partida a un desaparecido Yachvilli. Aunque el resultado fue al final bastante ajustado, creo que la victoria de Toulouse es merecida, pues fue el que mostró más capacidad de dominio y fue el único equipo que trató de jugar a la mano, dirigidos por la inspirada dirección de Byron Kelleher. El momento clave del encuentro fue el sin bin de Albacete, que los de Novès resolvieron con mucha solvencia: 6-3 (2 drops de Skrela) y dominio en el juego, en cuanto control e intensidad. Biarritz sólo fue ambicioso al final, cuando no le quedaba ya otra opción.

Si Thierry Dusatoir, el gran capitán de Francia, consigue así su primera Heineken, tras haber perdido dos ante Munster (con el propio Toulouse y con Biarritz), su compañero de equipo, Cedric Heymans (que apareció en la segunda mitad), se lleva su cuarto trofeo (tres con los tolosanos y uno con Brive, en seis finales disputadas).

Wayne Barnes estuvo mucho más fino que en su semifinal de la Guinness. También me llamó la atención la cantidad de mujeres entre el público (o había muchas o el realizador sólo las destacaba a ellas).

martes, 25 de mayo de 2010

Se retira Elissalde



A la espera de poder escribir alguna entrada sobre los partidos del pasado fin de semana (estuve muy liado y he tenido que ir viendo los partidos en diferido), me ha sorprendido el anuncio de la retirada del gran medio scrum y apertura Jean Baptiste Elissalde. Sus habituales problemas de lesiones (si no fuera por ellas, habría disputado con Francia más de los 35 partidos con que cuenta su bagaje internacional) le obligan a retirarse a los 32 años, cuando, a mi juicio, todavía le quedaba mucha calidad por derramar sobre el terreno de juego. Una pena para el Toulouse (recién cuatricampeón de la Heineken), para Francia y por supuesto para todo el rugby. La retirada se hará efectiva en junio, una vez dispute su último partido con los Barbarians.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Venter le gana la partida a Mallinder



El Northampton-Saracens del pasado domingo fue un duelo de entrenadores del que salió vencedor el Springbok Brendan Venter (19-21). Y lo digo porque si la táctica visitante dio sus frutos con una meritoria victoria, los locales no supieron sacar provecho a una gran plantilla (me parece incomprensible que para un partido de estas características Mallinder no le diera ni un solo minuto a 'Tintín' Geraghty, más dinámico y creativo que Myler, que además estuvo errático con el pie). La salida desbocada de los Saints se les volvió en su contra gracias a la capacidad de los Sarries para aguantar atrás y aprovecharse de los errores rivales. También les pesó muchísimo a los locales que jugadores tan decisivos como Ashton (máximo anotador de ensayos de ls Guinness) no dieran una a derechas en todo el encuentro, y la desastrosa gestión de la última jugada del partido, en la que se preparaba un drop goal que nunca llegó por la inoperancia de los jugadores de Mallinder (especialmente del medio scrum, Dickson).

El único punto débil evidente de los visitantes fue el line out, donde estuvieron desastrosos, pero suplieron esa carencia anotando sus dos primeros ensayos al aprovecharse de dos ventajas, colándose Tagicakibau y un impresionante Alex Goode por la línea rival. Mención especial también para el hooker-ala Brits, que suple sus deficiencias a la hora de lanzar los line outs con un juego dinámico impresionante. Además, él fue el autor del tercer ensayo de su equipo, el que transformado por Jackson les dio la victoria y el billete para Twickenham.

Recalcar también algo que me agrada especialmente: el gran Justin Marshall podrá retirarse de la práctica de este deporte con todos los honores en la catedral del rugby, Twickenham.

martes, 18 de mayo de 2010

Placar peor que O'Gara con 40 de fiebre



Ronan O'Gara es un grande de este deporte, pero a fe que no ha sido llamado entre los elegidos a la hora de placar al adversario. Su cuerpo liviano no es el más adecuado para estas labores, pero más allá de eso está que no sabe placar ni aunque lo intente. Por eso me hace gracia una frase que le leí hace un tiempo a un forero, refiriéndose a otro rugbista poco dotado para el placaje: "Placa peor que O'Gara con 40 de fiebre". Si no tenía fiebre ya antes de la acometida, seguro que tras ser arrollado por el bestial Jamie Heaslip en el Leinster-Munster de este pasado sábado (semifinales de la Magners) a O'Gara le subió bastante la temperatura corporal.

lunes, 17 de mayo de 2010

Lección de oficio de Leicester

Parecía lógico a priori que Leicester venciera a Bath (15-6). Porque le gana casi todos los partidos de los últimos años (este incluido: la ida y la vuelta de la liga regular). Y también porque ha sido el equipo más regular de la Guinness. Pero Bath viene de una remontada histórica (11 victorias de 12 partidos), está en una forma casi perfecta y, en consecuencia, su inicio de partido fue tremendo. El poder y dominio que desprendía cada uno de sus movimientos les permitieron encarrilar el partido bien pronto. Con un scrum arrasador, un Luke Watson ubicuo y dominante, un Barkley infalible, Bath se adelantó 0-6 y asustó a toda la afición del Welford Road. Parecía que la remontada podía consumarse con su paso a la final arrollando a los líderes de la competición y vigentes campeones. Leicester no trenzaba jugadas, Youngs veía taponadas todas sus patadas, su poderoso scrum estaba siendo desbordado a cada acometida del pack de Bath. La semifinal parecía en vías de resolverse pronto para los visitantes. Pero a medida que pasaban los minutos, y casi sin darse cuenta, Bath fue perdiendo fuelle de manera progresiva, situación que Leicester aprovechó, sin mucha brillantez pero con un oficio tremendo, para ir dándole con paciencia la vuelta a la tortilla.

La segunda parte ya fue una lección local de cómo se controla un partido encarnizado y trabado, sin grandes despliegues de los tres cuartos. Sin alardes, los de Cockerill se dedicaron a sacar petróleo de cada aproximación al territorio rival, cobrándose Flood los numerosos penaltis que iba cometiendo la primera línea de Bath, especialmente Flatman, desastroso durante el segundo tiempo. Y ahí falló Steve Meehan: debió cambiar a Flatman mucho antes (lo sustituyó por Barnes ya en el minuto 70, demasiado tarde). Bath ya no supo o no pudo reaccionar, sucumbiendo a la espesa tela de araña diseñada por Cockerill. Por algo Leicester ha sido la mejor defensa (en cuanto a ensayos encajados) de la competición.

domingo, 16 de mayo de 2010

Clermont acompaña a Perpignan para reeditar final del Top 14



Como ya sucediera el año pasado, Perpignan y Clermont jugarán la final del Top 14. Los primeros lo consiguieron ayer venciendo a Toulouse, mientras que los de Vern Cotter, eternos finalistas de la competición (llevan cuatro finales seguidas, perdidas todas ellas), se sacaron el billete para el Stade de France esta misma tarde al imponerse a Toulon 29-35 en el Aimeé Giral (escenario en el que, en liga regular, ganaron los locales 26-21), en un partido dramático e intensísimo que requirió de una prórroga para dilucidarse. Podría haber ganado cualquiera, incluso diría que los locales lo merecieron más, pero Clermont tiene mejor equipo y en esta ocasión el australiano Brock James no falló, como sí había hecho en cuartos de la Heineken frente a Leinster. El ataque de Clermont anda algo agarrotado últimamente (ante Racing Metro vencieron por poco y sin anotar ensayo alguno), y dieron muestras de ello en este choque frente a Toulon, pues sus tres cuartos aparecieron bastante menos que durante la mayor parte de la temporada. Aunque anotaron dos ensayos, ninguno de ellos tuvo en su ejecución las características típicas del 'sello Clermont'. El primero, por ejemplo, fue algo polémico (parece knock on de Zirakashvili). Otra jugada peliaguda que benefició a los visitantes fue un penalty no concedido a Wilkinson (yo creo que entró). El caso es que el partido fue vibrante, trabado y disputado hasta el mismísimo minuto 100. Sólo la primera parte fue decepcionante, con los dos equipos más pendientes de atajar los avances del rival que de otra cosa. Tras 15 minutos iniciales que sí fueron algo más atractivos (sin scrum alguno y con juego a la mano y también al pie), vinieron los minutos de la trinchera, donde reinaron los duros Van Niekerk y Cudmore. En la segunda parte el juego se hizo más atractivo, sin perder la dureza y la tensión. Clermont llevó la iniciativa; tuvo su momento de dominio pero no supo sentenciar. La reacción de Toulon en los últimos minutos fue brillante (ensayo de Sonny Boy, convertido por Wilko, que también pasó un lejano tiro a palos); demostraban los locales una gran capacidad para reponerse a la adversidad. El choque titánico aplazaba su resolución en la prórroga, cuya primera parte fue controlada absolutamente por los visitantes, que buscaron el ensayo, ya casi sin fuerzas, con jugadas de fases larguísimas. La infantería ya estaba muy desgastada y avanzaba con lentitud de elefante. Cuando parecía que el partido quedaba sentenciado en el inicio de la segunda fase de la prórroga, con el ensayo algo afortunado de Malzieu y un drop prodigioso (desde el medio campo) de Brock James (22-35), los rojinegros de nuevo no quisieron rendirse, mostrando una determinación y una voluntad dignas de alabar. Dos ensayos (transformados) era lo que necesitaban para ganar, y parecía misión imposible en sólo 4 minutos. Pero entonces llegó el ensayo del medio scrum suplente, Cibray (convertido por un gran Wilko mediante un rápido drop, para ganar tiempo), que lo puso todo más al rojo vivo de lo que ya lo había estado. Los narradores de la TV5 Monde francesa estaban exultantes: "Que'll merveille!", gritaban. Los locales, enardecidos por el apoyo de sus aficionados, siguieron atacando en tromba, y se quedaron al borde de la gesta cuando Lovobalavu fue detenido, en un avance por el ala, apenas a un metro de la gloria.

Lo único censurable fueron, como suele ser habitual en Francia, las aficiones, que no paran de armar ruido cuando el apertura rival se prepara para tirar a palos. Mucha Grandeur, pero poco respeto al rival. Que aprendan de los británicos, especialmente de los irlandeses, cuya afición es en este sentido ejemplar.

sábado, 15 de mayo de 2010

Rugby vs Fútbol (2)



Un ejemplificante video en el que se pueden contrastar las opuestas actitudes que caracterizan al rugby y al fútbol. Pasen y vean, que tiene su gracia.

martes, 11 de mayo de 2010

Los drops monstruosos de Frans Steyn



Si hace unos meses hablaba de 'dropman' De Beer, ahora le toca el turno a otro jugador sudafricano que tiene también una gran facilidad para anotar drops. Aunque en su caso se trate de drops conseguidos desde lejanías casi inabordables. Me refiero a François Steyn, el grandísimo jugador que este año, procedente de los Sharks de Durban, ha defendido los colores de Racing Metro. Steyn tiene una fuerza tremenda en su pierna derecha, y ya habíamos podido ver anteriormente demostraciones de su poder (como este drop desde 58 metros ante los Cheetahs, cuando jugaba en los Sharks. O este penalty desde 59 ante Western Force, también con los Sharks. O, mejor todavía, otro penalty desde 61 metros contra los All Blacks, el día que Sudáfrica se coronó en el pasado Tri Nations. Otro drop desde su campo, con los Sharks frente a los Blues de Auckland). Pero este pasado fin de semana tal vez se superó, con un drop descomunal desde unos 60 metros frente a Clermont (y podría haberlo metido desde más lejos aún, porque su tiro no se quedó justo ni mucho menos). Es tal la confianza que este hombre tiene en la fuerza y precisión de su tiro a bote pronto, que faltando todavía unas decenas de metros para pasar entre palos él ya se daba la vuelta para volver hacia su zona de 22. Una pena que esta demostración impresionante no sirviera para ganar el partido.

jueves, 6 de mayo de 2010

lunes, 3 de mayo de 2010

Hegemonía francesa también en la Heineken Cup



Como no podía ser de otra manera, tras el Grand Chelem de este año en el VI Naciones y disputándose el último encuentro de la Heineken en París, la final de esta última competición la tenían que disputar equipos franceses, en este caso Biarritz y Toulouse. Su condición de locales en las semifinales también ayudaba a que se diera esta resolución, y parece que el factor cancha tuvo mucho que ver. El 2009 fue un 'año irlandés', y este 2010 parece que significa el retorno de la Grandeur rugbística, aunque no en su forma de rugby champagne.

Ambos encuentros de la Heineken fueron igualados hasta entrada ya la segunda parte, que es cuando los locales pusieron la directa hacia la victoria. En ambos casos se dedicaron a especular un poco en la primera parte, dejando a sus rivales una iniciativa que no se traducía en puntos por la buena disposición de las defensas francesas. En el caso del Toulouse-Leinster (26-16), la aparición estelar de Skrela desniveló claramente el marcador, con dos ensayos seguidos que dejaron muy tocados a los dublineses, vigentes campeones de la competición. Los de Guy Noves, como está siendo la norma últimamente en equipos franceses, prefirieron seguir el estilo Lievremont antes que su tradicional y espectacular juego de tres cuartos, y la verdad es que obtuvieron resultados positivos. Bien dirigidos por el All black Kelleher y con una gran delantera que fundió al paquete de Leinster (ya digo: los tres cuartos se dejaron ver bastante poco; la melé fue más decisiva), demostraron solvencia y profesionalidad. Para mí son los favoritos en la final de París, donde podrían conseguir su cuarta Heineken (sus tres títulos datan de 1995, 2003 y 2005).



Por lo que respecta al Biarritz-Munster (18-7), los irlandeses tenían bastante controlado el encuentro hasta el minuto 65. Sin hacer ni mucho menos un gran partido, ganaban 6-7 y con su espléndida defensa tenían controlados a los franceses. Pero cuando precisamente faltaba la puntilla final que asegurara la victoria, la melé de Munster se vino abajo (justo cuando su tremenda pero envejecida primera línea había sido parcialmente sustituida) y concedió en los últimos 15 minutos 4 penalizaciones que fueron transformadas por un espléndido Yachvilli (un jugador que se crece en los partidos importantes). Las entradas al campo de Barcella (muy fuerte en melé) y Peyrelongue (que dio a su equipo mayor movilidad) resultaron decisivas. Destacar también el sacrificio de 'Ecce Homo' Harinordoquy, que jugó con una aparatosísima máscara (para proteger su maltrecha nariz) y que acabó casi destruido, creo que con alguna costilla rota.

En resumen: los franceses vencen jugando ambos al estilo Lievremont. Cosa que es lógica tratándose de Biarritz (que jugará su segunda final, tras la perdida ante Munster en 2006), pero que sorprende un poco en el caso de Toulouse (que a su ves disputará su sexta final. Perdió en 2004 y 2006). Tengo curiosidad por ver si en la final mantienen esta forma de juego. Imagino que Toulouse, que tiene más recursos, alternará estilos y puede otorgar un mayor protagonismo a sus tres cuartos. A favor de Biarritz está el tema del descanso: a los de Serge Blanco sólo les queda ese partido, mientras que los de Tolosa mantienen abierto todavía el frente del Top 14 (como no están directamente clasificados para las semifinales, tienen que jugar antes la repesca ante Castres).

domingo, 2 de mayo de 2010

El milagro de Bath



Imagino que algún antecedente puede haber, pero yo no recuerdo un milagro como el que está gestando Steve Meehan esta temporada. De vicecolistas en Navidad a tener casi asegurada su participación en los play offs de la Guinness. Tras un inicio espantoso, en el que todo lo que podía salir mal efectivamente lo hacía, fue jugar contra el rival directo en ese momento, el colista y recién ascendido Leeds Carnegie, para conseguir despegar con una fuerza tremenda. A día de hoy, el balance producido gracias a esa victoria que propició el viraje es de 9 victorias en los últimos 10 partidos. Sólo los incontestables líderes, Leicester Tigers, ha podido estos meses con Bath.

El último partido de su espectacular escalada lo jugó Bath en Twickenham, ante un rival directo por los play offs, London Wasps. Parecía que la remontada no podría ir más allá, que entrar entre los cuatro primeros ya era una gesta imposible. Sobre todo al inicio del partido, cuando los Wasps llevaban la iniciativa y se adelantaban 6-0. Pero Bath juega ahora con una autoconfianza tremenda. A diferencia de otoño, ahora ya no suelen ponerse nerviosos aunque el rival lleve la iniciativa. Esperan su momento, y lo aprovechan a la perfección. El partido fue, como se dice, de los-que-hacen-afición, con lección magistral de Butch James, Barkley y Maddock (3 ensayos, nada menos, para el neocelandés), y un Abendanon que no se parece nada al de principio de temporada (todo le salía mal entonces). En definitiva, Bath ha puesto la directa hacia los play offs cuando nadie, absolutamente nadie, le daba opción alguna hace unos pocos meses. Un milagro en toda regla sobre todo si aseguran los play offs (el último partido es en The Rec ante Leeds) y tienen opciones de llevarse el título. La pega es que el cruce de semifinales, si no se tuerce la cosa ante Leeds, será ante los únicos que durante su victoriosa racha le han podido vencer: Leicester. Además, el partido sería en Welford Road. Pero, a día de hoy, tan embalado está Bath que todo parece posible.
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